
Belle Gunness «La Viuda Negra de la Granja de la Muerte»
“Mi madre mata a los pretendientes. No deberían venir aquí.” El comentario fue interpretado como una broma macabra de una adolescente. Pero meses después, Jennie desapareció.

“Mi madre mata a los pretendientes. No deberían venir aquí.” El comentario fue interpretado como una broma macabra de una adolescente. Pero meses después, Jennie desapareció.

Uno de los momentos más brutales de su vida ocurrió cuando, ya siendo un asesino respetado y temido dentro del sistema penitenciario, descubrió que su padre –encarcelado por matar a la madre de Pedro– estaba recluido en el mismo penal. Lo apuñaló más de veinte veces. Y luego, en un

“Asesinar me producía una especie de satisfacción que no podía explicar. No era por odio. Era otra cosa… era necesidad.” Los asesinatos se volvieron cada vez más frecuentes y brutales. Bundy violaba, torturaba y mataba a sus víctimas, muchas veces regresando días después a los cuerpos para realizar actos necrófilos.

Cuando llegaron, «Maldito Cris» se disponía a huir en su motocicleta. Un sereno de Surco de 53 años llamado Luis Justino Manrique Pizarro se abalanzó contra el delincuente antes que huyera, haciéndolo casi caer, pero con la mala suerte de que «Maldito Cris» se volteó con una pasmosa velocidad mientras

13 niños sufrieron ataques inexplicables mientras estaban bajo su cuidado. De ellos, cuatro murieron y otros nueve sobrevivieron, aunque algunos quedaron con secuelas físicas y psicológicas permanentes. Administraba dosis letales de insulina o potasio, provocando paros cardíacos o hipoglucemia severa. En otros casos, obstruía las vías respiratorias de los niños.

Al entrar en la vivienda, lo que encontraron allí era indescriptible. El cadáver de una mujer colgaba de un gancho boca abajo con un pie atado en una polea y el otro en un alambre. Tenía un enorme agujero desde el pecho hasta la base del abdomen y las tripas

“El novio de la muchacha que asesiné en venganza mandó a matarme. Los que contrató eran de más sangre fría que yo, apuñalaron a mi hijito en el pecho, fue en agosto del año 2010, cuando salió de la tienda y lo subieron a un auto para matarle. Digo ¿qué

“Lo que me hicieron de niño fue un infierno. Yo solo descargué esa ira que no podía controlar”. Garavito confesó haber asesinado a más de 170 niños, aunque las autoridades sospechan que la cifra podría ser aún mayor. Llevaba a los niños a lugares apartados donde los sometía a una

“No veo por qué debería arrepentirme. Ellos ya no necesitaban el dinero, pero yo sí”. Una vez que aseguraba el control de sus finanzas, procedía a envenenarlos con dosis letales de medicamentos o sustancias tóxicas. En sus escritos, describía cómo seleccionaba a sus víctimas, las manipulaba y disfrutaba de su

Durante los interrogatorios, Janssen mostró una mezcla de arrogancia y frialdad, pero eventualmente confesó no solo estos asesinatos, sino también el de Annick Van Uytsel y otros delitos que hasta entonces permanecían sin resolver. “De vez en cuando, hay un cambio en mi cabeza y cambio de ser humano a

Acabó con la vida de 17 personas en menos de un año. Al parecer siempre seguía una especie de «ritual» a la hora de matar; obligaba a sus víctimas a arrodillarse ante él, para luego pegarles un tiro en la nuca. “El tren era el lugar perfecto. Nadie me veía,

“Estoy listo para cualquier cosa que el destino me traiga, incluso la muerte. Hice lo que hice, y acepto las consecuencias” Henyansyah utilizaba distintos métodos, incluyendo apuñalamientos y golpes con objetos contundentes, y en muchos casos desmembraba los cuerpos antes de deshacerse de ellos.

“Yo no me sentía atraído por las ancianas. Ha sido una venganza hacia mi familia. Ha sido una venganza contra mi madre. Al no matarla a ella pues, mira… Está el amor y el odio hacia la maternidad, y lo respetas… ¿Cómo vas a matar a tu madre, qué es

«La amaba y quería ser ella, absorberla. Comiéndola, sentí que me convertía en una parte de ella. Fue mi forma de expresar amor. Al matarla y comerla, en mi mente, ella sería para siempre parte de mí». Mientras Renée leía en voz alta un poema, Sagawa la atacó por la

“Dios me dio la misión de eliminar a los pecadores. Yo era su apóstol y estaba limpiando el mundo de personas malas” Los métodos que usó fueron brutales y meticulosos, y cada asesinato reflejaba su deseo de imponer una forma de justicia distorsionada. En sus confesiones, afirmó que el número

“Volveré, con Jesucristo, como en la película ‘Día de la Independencia’… con toda la ira de Dios. Volveré” Wuornos alegó en varias ocasiones que mató a estos hombres en defensa propia, diciendo que intentaron agredirla o violarla. Sin embargo, la brutalidad y frialdad de sus crímenes llevaron a muchos a

“No podía verlos sufrir. Les daba una muerte rápida, una muerte sin dolor, una muerte digna” Vila envenenaba a sus víctimas con cócteles de productos tóxicos, entre ellos lejía, detergentes y medicamentos. En varios de los casos, usó sustancias altamente tóxicas y corrosivas que provocaban una muerte lenta y dolorosa.

“Les decía que las llevaba a casa, que podían confiar en mí. Ellas no sospechaban porque me veía como alguien de confianza» Utilizaba su vehículo para acercarse a sus víctimas y ofrecerles llevarlas gratis a sus destinos. Una vez que ellas aceptaban su oferta, conducía hasta lugares aislados, donde las