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Juana Barraza «La Mataviejitas»

Nombre: Juana Barraza
Apodos: La Mataviejitas
Fecha de nacimiento: 27/12/1958
País de nacimiento: 🇲🇽 México
Víctimas mortales: 17

CONTENIDO

La historia de Juana Barraza, conocida como «La Mataviejitas,» es uno de los casos criminales más notorios en la historia de México.

Juana Barraza fue arrestada en 2006 y condenada por una serie de asesinatos de mujeres de la tercera edad en Ciudad de México.

Este caso no solo estremeció al país, sino que también abrió un debate sobre la percepción de género en los crímenes en serie y la relación entre trauma y violencia.

Su caso reveló un perfil complejo y perturbador que combinaba abusos del pasado con una psicología criminal única en el mundo.

Contexto y primeros años

Juana Barraza nació el 27 de diciembre de 1957 en Hidalgo, México, en una familia que desde sus inicios marcó su vida con abusos y desamparo.

Su madre, una mujer alcohólica, la vendió a los 12 años a un hombre mayor a cambio de tres cervezas. Durante este tiempo, Barraza fue víctima de abuso físico, emocional y sexual, experiencias que, según varios psicólogos, pudieron ser los catalizadores de su comportamiento homicida en la adultez.

Mi madre me vendió a un hombre cuando tenía apenas 13 años. Eso me marcó, sentía una rabia que nunca pude quitarme” Juana Barraza

A lo largo de su vida adulta, Barraza se dedicó a trabajos informales y tuvo diferentes parejas, aunque ninguno de estos vínculos fue estable.

Sin embargo, su afición más peculiar era la lucha libre, un deporte en el que se desenvolvía bajo el personaje de «La Dama del Silencio». La máscara de luchadora y el rol de una mujer fuerte y temible parecían permitirle expresar la furia que llevaba dentro y representar un alter ego que escapaba de las vulnerabilidades de su vida cotidiana.

La máscara era también un refugio emocional y psicológico, ya que Barraza proyectaba en su personaje la fortaleza que le faltó en su niñez y adolescencia.

Perfil de las víctimas y modus operandi

Las víctimas de Juana Barraza compartían características específicas: eran mujeres mayores de 60 años, generalmente de contexturas frágiles, que vivían solas y se encontraban en situación de vulnerabilidad.

La elección de sus víctimas no fue arbitraria; algunos especialistas consideran que, al asesinar a mujeres ancianas, Barraza canalizaba su resentimiento hacia su madre, a quien culpaba por su sufrimiento durante la niñez.

Barraza siendo fichada (MP)

Para acercarse a sus víctimas, Juana Barraza utilizaba disfraces y argumentos convincentes, como vestirse de enfermera o trabajadora social y alegar que estaba allí para ayudarlas con algún trámite o servicio público. Una vez ganada la confianza de las ancianas, entraba a sus hogares y, en un acto de traición, las estrangulaba, utilizando en muchos casos una media, cuerda o el propio cordón de una bata.

La mayoría de sus crímenes se caracterizaban por el uso de fuerza física, un rasgo que destacó la brutalidad de los ataques.

A veces, robaba algunas pertenencias de valor de las casas, pero el motivo principal parecía estar en la satisfacción emocional que obtenía de los homicidios, más que en el interés económico.

Los crímenes

Es responsable de múltiples asesinatos de mujeres mayores en Ciudad de México entre finales de los años noventa y principios de los 2000. Aunque fue condenada formalmente por 17 asesinatos, la policía sospechó que estuvo involucrada en hasta 49 muertes de ancianas.

Sus crímenes siguen un patrón similar, y muchos de ellos se documentaron en expedientes policiales.

Ellas confiaban en mí porque me veía como una mujer normal, y así podía acercarme sin que sospecharan. No quería hacerles daño, pero no podía evitarlo” Juana Barraza

Aquí tienes una lista de algunos de los asesinatos confirmados y cómo operaba en estos casos:

1. Guadalupe Olivares

  • Fecha del asesinato: 25 de noviembre de 2002.
  • Ubicación: Hogar de la víctima en la Ciudad de México.
  • Detalles: Guadalupe, de 85 años, fue encontrada estrangulada. Barraza había logrado entrar en su casa bajo la apariencia de una trabajadora social que quería ayudar con algunos trámites.

 

2. Carmen Camila González Miguel

  • Fecha del asesinato: 26 de octubre de 2003.
  • Ubicación: Casa de la víctima en la Ciudad de México.
  • Detalles: Carmen Camila, de 76 años, era una respetada criminóloga retirada. Barraza entró en su casa usando el mismo método de disfrazarse de trabajadora social, y una vez dentro, la atacó y estranguló hasta matarla.

 

3. María de la Luz González Anaya

  • Fecha del asesinato: 28 de septiembre de 2004.
  • Ubicación: Ciudad de México.
  • Detalles: María de la Luz, de 78 años, fue estrangulada. Barraza se hizo pasar por enfermera y se ganó su confianza, antes de atacarla dentro de su propio hogar.

 

4. María de los Ángeles López Olmos

  • Fecha del asesinato: 19 de noviembre de 2005.
  • Ubicación: Ciudad de México.
  • Detalles: María de los Ángeles, de 84 años, fue asesinada tras dejar entrar a Barraza, quien le prometió ayuda con unos trámites gubernamentales.

 

5. Ana María de los Reyes Alfaro

  • Fecha del asesinato: 25 de enero de 2006.
  • Ubicación: Ciudad de México.
  • Detalles: Este fue el último asesinato de Barraza antes de ser capturada. Ana María, de 82 años, fue estrangulada en su hogar. La policía llegó al lugar poco después de la agresión y arrestó a Barraza en flagrancia.

 

Método y patrones en los asesinatos

Barraza utilizaba un modus operandi característico:

  • Perfil de las víctimas: Mujeres mayores de 60 años, generalmente solas y de condición económica modesta.
  • Método de engaño: Barraza solía disfrazarse de enfermera, trabajadora social o empleada de servicios públicos para ganarse la confianza de sus víctimas y lograr que le permitieran la entrada a sus hogares.
  • Método de asesinato: En la mayoría de los casos, estrangulaba a sus víctimas utilizando un objeto cercano, como un cordón, media o cinta. Después, robaba algunas pertenencias de valor.
Juana Barraza (MP)

Aunque la lista completa de las víctimas no está completamente documentada, estos crímenes confirmados reflejan el patrón consistente de Barraza. Su captura en 2006 puso fin a una serie de asesinatos que habían generado terror y confusión en Ciudad de México.

La investigación y la captura

La serie de asesinatos de mujeres ancianas comenzó a despertar sospechas en 2003, cuando las autoridades detectaron un patrón inusual en las muertes de mujeres mayores en Ciudad de México.

Aunque al principio se barajaron diferentes hipótesis, los investigadores asumieron erróneamente que el responsable era un hombre.

Esta percepción estuvo influida tanto por estereotipos de género como por la naturaleza de los crímenes violentos, que normalmente no se asocian con mujeres.

La búsqueda del «Mataviejitas» se convirtió en una cacería a gran escala. La policía realizó operativos en los que desplegó más de mil agentes e interrogó a varios sospechosos.

Sin embargo, el perfil del asesino continuaba siendo un misterio. Fue recién en 2005 cuando los investigadores comenzaron a considerar la posibilidad de que una mujer estuviera detrás de los crímenes, debido a los testimonios de testigos que afirmaban haber visto a una figura femenina en la escena de algunos de los asesinatos.

Finalmente, el 25 de enero de 2006, Juana Barraza fue capturada en flagrancia mientras intentaba huir de la escena de uno de sus crímenes. La policía la arrestó después de que había asesinado a Ana María de los Reyes Alfaro, una mujer de 82 años.

Su captura fue una sorpresa para todos, ya que pocos imaginaban que una mujer podría ser responsable de una serie de homicidios tan macabra.

Barraza confesó que sus crímenes estaban impulsados en parte por un resentimiento hacia su madre, quien abusó de ella en su infancia.

Sentía un odio hacia las mujeres mayores. Me recordaban a mi madre, me recordaban el dolor y la rabia. Fue algo que guardé durante mucho tiempo” Juana Barraza

El juicio y la condena

Durante el juicio, Juana Barraza no mostró signos de arrepentimiento y fue declarada culpable de 17 homicidios, aunque se le llegó a vincular con hasta 49 muertes.

El perfil psicológico que surgió de sus entrevistas y evaluaciones destacó a una mujer con una personalidad antisocial, que experimentaba un fuerte resentimiento hacia figuras maternas y que tenía una capacidad empática muy baja.

Barraza también rechazó, al principio, el apodo de “Mataviejitas” y la imagen que los medios crearon de ella.

Me han pintado como un monstruo, y yo no soy así. Soy una persona que sufrió mucho, y que actuó impulsada por cosas que no podía controlar” Juana Barraza

Según los expertos, su trauma infantil y su odio acumulado hacia su madre fueron factores determinantes en sus crímenes.

Juana Barraza entre periodistas (MP)

Durante su juicio, Juana negó ser responsable de todas las muertes que se le imputaban.

Yo no maté a todas esas señoras. Acepto lo que hice, pero no todas las muertes son mías. Hubo otras cosas que yo no hice” Juana Barraza

El 31 de marzo de 2008, Juana Barraza fue sentenciada a 759 años de prisión. La sentencia fue simbólica, ya que en México una persona no puede cumplir más de 60 años de cárcel, pero sirvió para dar un mensaje claro sobre la gravedad de sus crímenes.

El impacto mediático y cultural

El caso de «La Mataviejitas» conmocionó a México y llamó la atención de los medios de comunicación internacionales.

La figura de Barraza representaba una ruptura con el estereotipo de los asesinos en serie, al ser una mujer que atacaba violentamente y de manera sistemática.

Este hecho dio pie a una reflexión sobre los prejuicios de género en las investigaciones criminales y cómo estos pudieron haber retrasado su captura.

Sé que hice mal. Lastimé a muchas personas y destruí muchas familias. Pero sentía que algo me obligaba a hacerlo, como si fuera más fuerte que yo” Juana Barraza

La historia de Juana Barraza ha sido objeto de libros, documentales y series de televisión, convirtiéndose en un fenómeno de interés cultural y criminológico.

Su caso abrió un debate sobre los efectos de la violencia doméstica y el abandono en la infancia como posibles desencadenantes de conductas antisociales en la vida adulta.

Conclusiones

La historia de Juana Barraza es un recordatorio de los oscuros efectos que puede tener una infancia marcada por el abuso y el desamparo.

Su vida, marcada por la miseria, el dolor y el odio hacia su madre, desembocó en una cadena de crímenes que no solo reflejaron una venganza personal, sino que también plantearon una serie de interrogantes sobre el impacto de la violencia y el trauma en la psique humana.

Barraza se convirtió en un caso de estudio para especialistas en criminología y psicología, y su figura pasó a formar parte de la historia criminal de México, donde su nombre sigue siendo sinónimo de uno de los episodios más sombríos de violencia de género y asesinato en serie.

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