Kang Ho-sun es uno de los asesinos en serie más notorios de Corea del Sur, responsable de una serie de asesinatos que estremecieron al país a finales de la década de los 2000.
Conocido por su brutalidad y por la frialdad con la que ejecutó sus crímenes, Kang fue detenido en 2009 y condenado por asesinar a diez mujeres, incluyendo a su esposa y su suegra.

Su caso es uno de los más complejos en la historia criminal surcoreana, ya que combina un perfil psicológico escalofriante con una planificación meticulosa.
A continuación, se exploran los aspectos principales de su vida, sus crímenes, su captura y el impacto que su caso ha tenido en la sociedad y en la legislación de Corea del Sur.
Primeros años y perfil de Kang Ho-sun
Kang Ho-sun nació el 10 de octubre de 1969 en Corea del Sur.
Su vida temprana no fue bien documentada, lo cual ha dificultado la creación de un perfil claro sobre sus motivaciones y circunstancias familiares.
Sin embargo, algunos reportes indican que tuvo una infancia complicada, con carencias afectivas y económicas que podrían haber contribuido a su desarrollo antisocial y a su capacidad de cometer crímenes de forma repetitiva sin mostrar remordimiento alguno.
Kang era un hombre atractivo y carismático, lo cual le facilitaba acercarse a sus víctimas sin levantar sospechas. Utilizaba su apariencia y su habilidad para crear confianza para captar la atención de mujeres jóvenes.
Sin embargo, tras esa fachada se escondía un hombre metódico y calculador que tenía como objetivo llevar a cabo una serie de crímenes brutales que dejarían una marca profunda en la sociedad coreana.
La serie de asesinatos
La serie de asesinatos de Kang Ho-sun comenzó en 2006, aunque no se sospechó de su responsabilidad hasta varios años después.
Entre 2006 y 2008, Kang llevó a cabo el secuestro y asesinato de varias mujeres, seleccionando cuidadosamente a sus víctimas y ejecutando sus crímenes con una frialdad aterradora.
Se ha documentado que el perfil de sus víctimas incluía principalmente mujeres jóvenes que vivían solas o que se encontraban en situaciones vulnerables.
Kang secuestraba a sus víctimas en diferentes lugares, como paradas de autobús o áreas rurales donde era poco probable que fueran vistas por testigos. Luego las asesinaba por estrangulamiento y, en algunos casos, quemaba sus cuerpos en un intento por ocultar evidencias. Se calcula que Kang asesinó a diez mujeres, aunque en su confesión reveló información limitada y se cree que podrían existir más víctimas no identificadas.
El asesinato de su esposa y su suegra en un incendio aparentemente accidental fue lo que finalmente atrajo la atención hacia Kang, pues las circunstancias del caso parecían sospechosas.
Más adelante, estos dos crímenes serían reexaminados y relacionados con la serie de asesinatos de mujeres. Su modus operandi mostraba una habilidad sorprendente para evitar la captura, lo cual mantuvo en vilo a la policía y generó un clima de terror en el país.
A continuación, se detalla una lista de los asesinatos confirmados y las circunstancias de estos crímenes que llevaron a su arresto en 2009:
1. Primer asesinato de su esposa y suegra
- Fecha: 2005
- Detalles: El asesinato de su esposa y suegra ocurrió en un incendio que Kang provocó intencionalmente en su hogar. En un primer momento, el incendio fue considerado accidental, lo que permitió que Kang siguiera cometiendo crímenes sin levantar sospechas. Sin embargo, luego se confirmó que el incendio había sido premeditado y que Kang había orquestado todo para beneficiarse de los seguros de vida.
2. Lee Ji-yeon
- Fecha: 2006
- Detalles: Lee Ji-yeon fue una de las primeras víctimas de Kang tras el asesinato de su esposa y suegra. Fue interceptada en una parada de autobús y secuestrada por Kang, quien luego la estranguló. Su cuerpo fue abandonado en un lugar remoto para evitar que fuera encontrado, lo que hacía cada vez más difícil vincular los crímenes entre sí.
3. Choi Eun-jung
- Fecha: 2007
- Detalles: Choi Eun-jung, de 23 años, fue otra de las víctimas que Kang secuestró desde una parada de autobús. La policía encontró posteriormente su cuerpo en un área boscosa. Su asesinato mostró el modus operandi de Kang, quien elegía lugares solitarios para acechar y atacar a mujeres jóvenes.
4. Park Mi-sun
- Fecha: 2007
- Detalles: Park Mi-sun, una mujer de 21 años, fue secuestrada por Kang en una carretera aislada. Kang repitió el mismo patrón, abordándola mientras estaba sola y llevándola a un lugar apartado donde la estranguló. Su cuerpo también fue encontrado enterrado, mostrando el esfuerzo de Kang por ocultar las evidencias de sus crímenes.
5. Kim Hyun-jin
- Fecha: 2008
- Detalles: Kim Hyun-jin fue asesinada en circunstancias similares. Kang utilizaba la misma táctica de seleccionar mujeres en paradas de autobús, áreas rurales o solitarias donde las atacaba con violencia y luego escondía los cuerpos. Este patrón fue lo que llevó a la policía a sospechar de una conexión entre las muertes.
6. Cho Mi-kyung
- Fecha: 2008
- Detalles: Cho Mi-kyung, otra víctima, fue encontrada después de que las autoridades lograron rastrear las ubicaciones de las desapariciones, lo cual ayudó a vincular los asesinatos a una misma persona. Cho había desaparecido en condiciones similares a las otras víctimas.
7. Moon Ji-young
- Fecha: 2008
- Detalles: Moon Ji-young fue otra de las víctimas secuestradas mientras esperaba sola en una parada de autobús. La policía encontró su cuerpo en una zona aislada, revelando una vez más el patrón de comportamiento de Kang.
8. Otros asesinatos no confirmados
- Posibilidad de más víctimas: Las autoridades creen que Kang podría haber sido responsable de más asesinatos no confirmados oficialmente. Aunque se le atribuyeron formalmente diez asesinatos, algunos investigadores sostienen que las evidencias indican un número mayor de víctimas, pero la falta de pruebas forenses impidió su confirmación.
Modus operandi y patrón criminal
Kang Ho-sun empleaba un método meticuloso en sus asesinatos. Solía acechar a sus víctimas durante un tiempo antes de abordarlas, lo cual le permitía conocer sus rutinas y aprovechar sus momentos de mayor vulnerabilidad.
Kang prefería lugares solitarios, como carreteras secundarias o estaciones de autobús desiertas, para acercarse a sus víctimas sin llamar la atención.
Usaba métodos de estrangulamiento para asegurarse de que el asesinato fuera rápido y silencioso, y luego intentaba deshacerse de los cuerpos para evitar cualquier vínculo entre él y las escenas del crimen.

Un aspecto particularmente perturbador de sus crímenes fue la forma en que intentó encubrirlos.
En algunos casos, Kang quemaba los cuerpos o los enterraba en áreas de difícil acceso para dificultar la labor de las autoridades.
Su habilidad para manejar la evidencia y evitar sospechas le permitió continuar su serie de asesinatos durante varios años sin levantar ninguna alerta inicial entre la policía.
La captura de Kang Ho-sun
La captura de «El Asesino de Seúl» se produjo en enero de 2009 y fue el resultado de una serie de investigaciones exhaustivas llevadas a cabo por la policía coreana.
Tras el incendio que acabó con la vida de su esposa y su suegra, las autoridades comenzaron a investigar con más profundidad los antecedentes de Kang. Durante este proceso, descubrieron vínculos entre Kang y varias desapariciones de mujeres en la región.

Las investigaciones llevaron a la policía a descubrir restos humanos en un área cercana a la residencia de Kang, lo que resultó en su arresto inmediato.
Durante los interrogatorios, Kang mostró una actitud fría y distante, revelando pocos detalles sobre sus crímenes y admitiendo su responsabilidad en los asesinatos solo después de una intensa presión de los investigadores.
Su falta de arrepentimiento y su habilidad para hablar sobre los crímenes sin mostrar ninguna emoción asombraron y horrorizan hasta la fecha tanto a las autoridades como al público coreano.
Juicio y condena
El juicio de Kang Ho-sun atrajo una gran atención mediática en Corea del Sur, pues era uno de los casos más violentos y prolíficos en términos de asesinatos en serie en la historia reciente del país.
Durante el juicio, los fiscales presentaron pruebas irrefutables de la responsabilidad de Kang en los asesinatos, incluyendo testimonios, evidencias forenses y su confesión.
Durante el proceso judicial, se observó que Kang se mantuvo indiferente ante la posibilidad de recibir la pena de muerte. En sus declaraciones, no expresó arrepentimiento por las víctimas y en algunos momentos dio respuestas frías y directas sobre sus crímenes.
Kang fue declarado culpable y, en 2010, fue condenado a la pena de muerte, convirtiéndose en uno de los pocos casos en los que el sistema judicial coreano dictó una condena tan severa.
El juez concluyó que «Teniendo todo esto en cuenta es inevitable dictar la pena de muerte al acusado con el fin de separarlo para siempre de la sociedad«.
La sentencia fue recibida con alivio por parte de la sociedad surcoreana, que había seguido con gran preocupación la serie de asesinatos y temía la posibilidad de que Kang quedara en libertad.
Impacto en la sociedad coreana
El caso de Kang Ho-sun dejó una huella profunda en la sociedad surcoreana.
Su perfil criminal no solo desafió la percepción tradicional de los asesinos en serie, sino que también puso en evidencia fallas en el sistema de seguridad pública y en los métodos de investigación de las fuerzas policiales.
La brutalidad de sus crímenes y la falta de arrepentimiento generaron indignación en la población, y el caso se convirtió en un ejemplo de la necesidad de mejorar los métodos de investigación criminal en Corea del Sur.
El caso de Kang también generó debates sobre la pena de muerte, que en Corea del Sur sigue siendo un tema controversial.
Aunque fue sentenciado a muerte, Corea del Sur mantiene una moratoria de facto sobre las ejecuciones desde 1997, lo que significa que Kang permanece en prisión sin posibilidad de liberación, pero no ha sido ejecutado.
Reflexiones y legado
Kang Ho-sun es recordado en Corea del Sur como uno de los asesinos en serie más escalofriantes del país, y su caso es estudiado ampliamente en el ámbito criminológico.
Sus asesinatos revelaron la existencia de un perfil criminal que utiliza el engaño y la apariencia externa para ganar la confianza de las víctimas, y luego las ataca sin piedad.
La forma en que planificaba sus crímenes y la precisión con la que ejecutaba sus ataques lo convirtieron en un caso de estudio que ha influido en la forma en que las autoridades coreanas abordan los casos de violencia y desaparición de personas.
La historia de Kang Ho-sun resalta la importancia de implementar medidas de seguridad efectivas y de reconocer patrones de comportamiento que podrían señalar a posibles asesinos en serie.
Su caso también invita a reflexionar sobre el papel que juega la salud mental y el contexto familiar en el desarrollo de comportamientos antisociales extremos.